En el año 1892, don Pedro Aldunate Solar, agricultor de la zona de Catapilco – Hacienda San Alfonso, comenzó la instalación de una salina de mar basado en informaciones francesas y también para aprovechar que en esos tiempos el estero de Campiche inundaba terrenos arcillosos en las altas mareas, en la misma forma que sucede hasta hoy en día en las salinas de Cahuil y otras.

Posteriormente el terremoto de 1906 hizo subir la costa central de Chile y por tanto don Pedro, hombre que no se amilanaba ante los problemas, con un alto costo construyó un acueducto desde la Caleta de Las Ventanas hasta las salinas, aproximadamente tres kilómetros.  Con esto se constituyó la única salina de mar en Chile y probablemente una entre pocas en el mundo que comienza el proceso directamente con agua de mar.